El Defensor del Ciudadano apoya la dislexia como discapacidad

El Defensor del Ciudadano de la Diputación de Málaga, Francisco Gutiérrez, manifestó esta mañana su apoyo a la Asociación Andaluza de la Dislexia con la presentación de una carta abierta dirigida a la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía y en la que se solicita que la dislexia sea reconocida como discapacidad en el sistema educativo vigente. Dicha carta, remitida desde la Asociación Andaluza de la Dislexia, tiene la intención de que el problema de la dislexia sea tratado de manera adecuada dentro del sistema educativo ya que en la actualidad se trata de una enfermedad no reconocida como discapacidad y que da lugar a un alto porcentaje de fracaso escolar. En este sentido, en torno a 12.000 niños escolarizados en nuestra provincia sufren este problema, contribuyendo a provocar un futuro fracaso escolar.

“Desde la Oficina del Defensor del Ciudadano de la Diputación apoyamos y nos solidarizamos con esta iniciativa para que la dislexia sea debidamente tratada en los colegios”, apuntó Francisco Gutierrez. Asimismo, el Defensor del Ciudadano aseguró que “una gran parte del fracaso escolar viene motivado por el desconocimiento hacia esta enfermedad y por no estar reconocida como una discapacidad dentro de nuestro sistema educativo al no tratar a estos niños de la manera más adecuada en su aprendizaje”.

Por su parte, el presidente de la Asociación Andaluza de Dislexia, Jesús Gonzalo, subrayó que el objetivo fundamental de la carta es sensibilizar y poner en conocimiento de la sociedad la dificultad que conlleva la dislexia en los personas afectadas, ya que desde el propio y actual sistema educativo se la trata como una gran desconocida. “De este modo, los niños con dislexia suelen pasar desapercibidos, aun tratándose de niños inteligentes y muy creativos, repitiendo cursos sin tener por qué y englobando las cifras de fracasos escolares”, señaló Jesús Gonzalo. “Así, el sistema educativo respecto a esta dificultad se cae ya que no trata al disléxico de manera diferente y se trata de un niño que debe aprender con unos medios especializados y adecuados, por lo que el problema radica en una mera cuestión de metodología”, añadió el presidente de esta asociación.

Para el docente e investigador Juan Luis Luque, que también acudió al acto, es necesario dejar claro que la dislexia existe y tiene un origen genético y que no es similar la dislexia a un problema de retraso en la lectura. “Un gran problema radica en que es muy difícil llegar a un diagnóstico preciso de la dislexia y no existen medios suficientes para diferenciar esta enfermedad”, aseguró este profesor de la Universidad de Málaga.
La dislexia es un problema que tiene su origen en una desorganización en la fonología, conllevando al niño afectado a tener problemas en la separación de sílabas y en la categorización del sonido. En la actualidad hay investigaciones ya realizadas donde este tipo de problemas fonológicos se han detectado en niños de 6 y 12 meses de edad, e incluso en niños de 2 meses, pero es muy difícil distinguir los síntomas. Las manifestaciones de la dislexia radican en la sustitución y omisión de fonemas, así como en la partición de las palabras o a la inversa, tanto en la escritura como en la lectura. Es por ello, por lo que esta problemática suele confundirse con otras dificultades en el aprendizaje como es el retraso en la lectura.